Horror
INTRODUCCIÓN
El evidente placer que sentimos al contemplar simples objetos terroríficos, en los que no está implicado ningún sentimiento moral, ni suscitan en nosotros otra pasión que, precisamente, la penosa impresión de miedo, es una paradoja del corazón. Estas palabras de Anna Laetitia Barbauld definen a la perfección esa poderosa atracción que sentimos por todo aquello que nos perturba, nos inquieta, pero que al mismo tiempo provoca en nosotros un contradictorio placer; la visión o sensación del terror subjetivo es como una experiencia terapéutica para la mente humana.